Quién hubiera pensado que las cosas saldrían así... Kobayashi pensó con tristeza mientras miraba hacia la puerta cerrada justo en frente de ella, donde se escuchaban los leves sonidos de la tela alborotada y moviéndose. Aunque estaba segura de que era algo más que tela lo que se 'movía' detrás de esas puertas. Ya era bastante malo que sus días se hubieran vuelto significativamente más concurridos desde que los dragones entraron en su vida, pero recientemente, parece que pronto habrá un aspecto más que la atormentará por el resto de sus días. Un aspecto que estaba a punto de presentarse cuando una niña dragón con cuernos y pelo naranja abrió la puerta y salió. “¡Kobayashi-san, Kobayashi-san! ¿Qué piensas~?”, exclamó Tohru mientras realizaba un giro ante su autoproclamado amante humano, mostrando su nueva falda turquesa mientras su gruesa cola de reptil se balanceaba. "Es... es agradable, Tohru...", tartamudeó Kobayashi, haciendo todo lo posible por mantener la
Quién hubiera pensado que las cosas saldrían así... Kobayashi pensó con tristeza mientras miraba hacia la puerta cerrada justo en frente de ella, donde se escuchaban los leves sonidos de la tela alborotada y moviéndose. Aunque estaba segura de que era algo más que tela lo que se 'movía' detrás de esas puertas. Ya era bastante malo que sus días se hubieran vuelto significativamente más concurridos desde que los dragones entraron en su vida, pero recientemente, parece que pronto habrá un aspecto más que la atormentará por el resto de sus días. Un aspecto que estaba a punto de presentarse cuando una niña dragón con cuernos y pelo naranja abrió la puerta y salió. “¡Kobayashi-san, Kobayashi-san! ¿Qué piensas~?”, exclamó Tohru mientras realizaba un giro ante su autoproclamado amante humano, mostrando su nueva falda turquesa mientras su gruesa cola de reptil se balanceaba. "Es... es agradable, Tohru...", tartamudeó Kobayashi, haciendo todo lo posible por mantener la